domingo, marzo 11, 2007

Sugerencias para la preparación del repertorio

Documento escrito como material complementario para el curso "Interpretación de Lied", el cual se declarará clausurado el próximo martes a las 20:00 horas, después de una Liederabend ofrecido por los participantes, en la Sala Niños Cantores del Conservatorio de las Rosas de Morelia. Se publica para beneficio de todo artista interesado en mejorar su desempeño.
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Las siguientes sugerencias tienen un carácter general y pueden ser usadas en la preparación de todo género de repertorio, tanto vocal como instrumental. Están basadas estrictamente en la experiencia, y su efectividad se mide en relación directa con el empeño puesto en su aplicación. Aunque algunos preceptos están más enfocados a lo instrumental, y otros a lo vocal, no debe por ello suponerse que tanto una especialidad como la otra no pueden beneficiarse del conocimiento de todos ellos.

1.- Debemos acercarnos con humildad, orden y disciplina a las obras nuevas, sin importar su grado de dificultad. Sí nuestra actitud ante la música carece de uno o varios de esos principios, es probable que nuestra interpretación sea deficiente, nos tome mucho tiempo prepararla, o no podamos hacerlo en absoluto. La humildad nos permite apreciar las dificultades inherentes al estudio de las obras (aun las de facilidad aparente), obligándonos a ser cuidadosos en su preparación, y nos permite al mismo tiempo apreciar el potencial de piezas valiosas que de otro modo no despertarían nuestro interés. El orden, por otra parte, es indispensable para dominar las dificultades de una partitura y memorizarla a la perfección, sin pasar por alto ninguna indicación dejada por el compositor y sin invertir más tiempo del necesario. Con ello se abre el camino a la expresión de la personalidad del artista, lo que constituye la interpretación. Finalmente, la disciplina nos llevará a completar lo planeado en el tiempo y de la forma prevista, sin que los estados de ánimo, las distracciones o cualquier otra debilidad nos lo impidan.

2.- Un horario fijo de estudio es indispensable. Si bien podemos aprovechar cualquier momento para avanzar en la preparación de nuestro material, es muy importante apartar por lo menos tres horas diarias para este propósito, las cuales deberán ser respetadas a toda costa. Es recomendable asignar para el estudio las horas antes del medio día, cuando la mente está fresca y es más fácil concentrarse.

3.- La preparación del repertorio puede dividirse en dos etapas principales: la memorización y el dominio. A partir de esta última, el intérprete podrá despojarse de las preocupaciones técnicas y de memoria para concentrarse en el trabajo interpretativo. En la primera etapa el ejecutante deberá cantar o tocar los pasajes tan lentamente como sea necesario para su memorización, resolviendo problemas tales como la dicción, la afinación correcta, la digitación (en el caso de los pianistas), y el fraseo. En la segunda se deberá -por memoria- aumentar poco a poco la velocidad hasta el tiempo sugerido por el compositor, agregando los matices y demás sutilezas indicadas en el texto, el cual podrá consultarse cuando sea necesario para evitar descuido en los detalles observados desde la memorización. En suma, ambas etapas tienen por objetivo la memorización fiel de la partitura en todos sus detalles.

4.- Antes de memorizar una partitura es muy útil fijarse metas, tomando en cuenta la complejidad de aquella. Sugiero fraccionar la obra en unidades que puedan memorizarse en un día de trabajo, y esas a su vez en frases tan cortas que puedan memorizarse en cuestión de cinco a diez minutos, concentrándose totalmente en cada una y sin pasar a la siguiente hasta que no haya ninguna duda en la anterior. Hay que recordar que, en esta etapa, la velocidad no es lo importante, sino la permanencia clara y precisa de las notas y el texto correcto en nuestra mente. Al completar la memorización de cierto número de frases (las necesarias para constituir unidades musicales más grandes) conviene tocar todo lo aprendido lentamente pero sin detenerse, con la intención de hilar los fragmentos entre sí, y motivarnos a seguir adelante. Aunque la cantidad de material asignado para cada día puede ajustarse, la disciplina exige que respetemos el ritmo de trabajo determinado desde el principio, ajustando solamente cuando nos adelantemos a nuestras propias metas. Con esta mecánica se pueden memorizar obras de gran tamaño en muy poco tiempo, con un alto nivel de exactitud con respecto a la partitura y sin un esfuerzo extraordinario. Concentrarse en la memorización de una obra por demasiado tiempo es desmotivante e innecesario.

5.- En el caso de la música vocal, sugiero memorizar primero el texto por separado, luego la música solfeada, y finalmente unir ambos por memoria, cuidando en todo momento la correcta pronunciación y afinación. Este orden se aplica a cada uno de los fragmentos en los que hemos dividido la obra para su manejo. Si bien todo lo expuesto puede sonar complicado, una vez dominado el proceso éste rendirá los resultados prometidos.

6.- Una vez que se es capaz de cantar o tocar toda la obra de principio a fin, lentamente y sin detenerse, se puede comenzar, con la ayuda de un metrónomo, el ajuste gradual a los tiempos indicados en la partitura, poniendo especial atención en los matices, la articulación y el correcto fraseo. Solamente después de ello, la obra estará lista para ser llevada a clase.

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No obstante la disciplina y el cuidado puestos en la preparación de una obra, no se trata sino de la base sobre la cual descansa la interpretación. Es por medio de la cultura, a saber, el estudio de la literatura y las lenguas de otros pueblos, que el intérprete logrará construir su propia personalidad artística. ¿Qué será de un músico que solamente sabe de música? Su vida será triste, árida y mediocre, sin importar sus logros, que sin duda se deberán a todo menos a su arte. Alumnos: busquen el conocimiento con pasión y en todas las cosas. Por ningún motivo deben permanecer ajenos a las incontables riquezas de las letras y las demás ramas del saber si lo que buscan es hacer una carrera como artistas. Cultiven a diario su interés por la pintura, la escultura, la danza y las artes escénicas; solamente así podrán cumplir con el requisito básico para todo artista de -en palabras de Busoni- alimentar su vida a través del alma.

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Irgendwo auf der Welt
fängt mein Weg zum Himmel an;
irgendwo, irgendwie, irgendwann.